Enciende un fósforo al aire libre
Olvídate del molesto aire que no te deja encender un fósforo al aire libre y presta atención a lo siguiente. Toma una pequeña navaja u objeto filoso y realiza algunos cortes en la madera de forma que queden algunas astillas sueltas en forma de púas. Ahora enciéndelo y verás como tu fósforo se prende en cuestión de segundos.
Evita que tus plantas se sequen
Te preocupa la seguridad de tus amadas plantas cuando no estás cerca. Tranquilo, ya no tendrás que pedirle a nadie que las riegue cuando vas de viaje, simplemente consigue un balde o bote de plástico, llenalo de agua y colócalo en una plataforma por encima de tus macetas. Corta trozos de estambre o cordón y coloca un extremo enterrado en la maceta y otro dentro del agua, así tus plantas absorberán toda el agua que necesiten mientras regresas a casa. De nada
Recoger cristales pequeños
Cuidado, si se ha roto un vaso o cualquier cristal no utilices la escoba y el recogedor para limpiar el desastre. La mejor opción es tener a la mano un trapo de microfibra, lana o cualquier tela que tenga un poco de pelusa. Primero recoge los trozos grandes con mucho cuidado, y después, pasa el trapo por la superficie, de esa manera los vidrios más pequeñitos se quedarán adheridos a la tela y no habrá peligro alguno. ¡De nada!
¿Anillo apretado?
¿Cansada de que ese anillo que tanto amas se quede atascado en tu dedo? Descuida, pues para que tu accesorio salga con facilidad, simplemente necesitas tomar un poco de agua fría con jabón y frotar tu dedo con mucho cuidado. Una vez que esté lubricado simplemente jala el anillo y saldrá en un dos por tres.
Revivir las flores marchitas
Si tus flores comienzan a marchitarse no te preocupes, sigue estos consejos de la abuela: Corta el tallo de las flores por lo menos 2 centímetros y colócalas dentro de un jarrón con agua caliente. Deja que ésta se enfríe y enseguida cámbiala por agua limpia y fresca. Verás que tus flores estarán prácticamente como nuevas. Y si quieres que duren más tiempo, agrega una cucharadita de azúcar. ¡Lucirán hermosas!
Quitar una astilla en segundos
Las astillas son sumamente dolorosas, y cuando son tan pequeñas es muy difícil quitarlas con las típicas pinzas para las cejas. Afortunadamente, nuestras abuelitas conocían el remedio perfecto. Toma un frasco de vidrio y llena tres cuartas partes con agua caliente. Ahora, con mucho cuidado, coloca la parte afectada tapando por completo la abertura del frasco. El vapor se encargara de ablandar la piel y hará que la presión succione la astilla sin dolor alguno. Así de fácil.
"VOZ" por Victor González
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6 Trucos de la abuela que te salvarán la vida ─ Badabun
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